Hoy, a tres años exactamente de la asunción del gobierno de Mauricio Macri, los números de la gestión económica pueden marcar un balance poco favorable desde 2015: desde diciembre de ese año se acumuló una inflación de 153%; el dólar prácticamente triplicó su valor (187%) y el PBI llegó al 1,6%, el más bajo que el que tenía la Argentina cuando Cristina Fernández dejó el poder.
Avanzando con los números “duros” de los tres años de gobierno de Cambiemos, la deuda en manos del sector privado creció casi U$S 100.000 millones y en relación al PBI pasó del 25% al 59% del Producto Bruto Interno.
Las opiniones de distintos economistas coinciden en los motivos que llevaron a la Argentina a atravesar una nueva crisis. Uno de los principales apuntan a los desequilibrios heredados del kirchnerismo, pero sobre todo un elevado déficit fiscal -superior al 5% del PBI- que tuvo que ser enfrentado con endeudamiento.
Además, el Central prácticamente se había quedado sin reservas. Pero la política del “gradualismo” para afrontar el “rojo” de las cuentas públicas terminó en un fiasco. La decisiones erróneas de los dos primeros años, llevaron incluso el déficit a seguir creciendo en ese período.
Sobre la política monetaria, el Banco Central mantuvo tasas de interés altas en la gestión de Federico Sturzenegger y la inflación nunca llegó a estar dominada.
Todas las cifras apuntadas llevan el balance de la economía macrista a considerarlo deficiente, según publicó Infobae. El Presidente no pudo cumplir con gran parte de las promesas de campaña, entre ellas, la de controlar la inflación (más alta en promedio que en los 12 años de kirchnerismo). Además, sufrió varias corridas cambiarias y el país pasó de estar desendeudado a endeudarse por cifras récord. Destacan los especialistas que el acuerdo con el FMI salvó este año al Gobierno de lo que hubiera sido un nuevo default (o cesación de pago).
La “pobreza cero” es otra de las asignaturas pendientes, ya que se mantiene por arriba del 30% tras el último pico inflacionario, y la canasta básica llegó hasta el 55% (los últimos 12 meses).
Los argentinos se empobrecieron en los últimos tres años. Al inicio de la gestión, de cada 100 niños, 40 eran pobres. En 2017 fueron 48 y la tendencia de los últimos meses encendió luces de alerta. A los sectores medios y profesionales les cuesta llegar a fin de mes, se encareció la salud y la educación, y la inflación llegó el máximo histórico de los últimos 27 años. Por eso se perdieron puestos de trabajo y se precarizaron varios de los existentes, la industria está en recesión, y las PyME y los comercios, en una delicada situación.
Lo positivo
Pero no todo es negativo en el balance de la economía macrista. Para mantener la imagen positiva cercana al 35% que registra por estos días, la población valoró positivamente la reinserción de la Argentina en el mundo a través del reciente G20, ocasión en que el país volvió a tener un protagonismo y un lugar privilegiado en la agenda internacional, incluso mayor de lo que es el tamaño de su economía.
El acercamiento con el presidente de EEUU, Donald Trump, también es el otro logro “intangible” de Macri. El jefe de la mayor economía del mundo intervino para lograr el préstamo de U$S 57.000 millones del FMI, que dejó en claro el contundente respaldo de las grandes potencias para evitar una crisis todavía mayor del país.
Otra ponderación de la gente son los números del Indec, que mes a mes anuncia las cifras de inflación y de la pobreza dentro de la actual administración. Es un cambio de 180 grados respecto del kirchnerismo, que llevó a que se desconfiara de ellas.
Otro logro -no aceptado por todos- es el arreglo con los holdouts y el libre movimiento de capitales. Abandonar el “cepo cambiario” fue otra de las medidas relevantes, según analistas.
En los claroscuro de la crisis cambiaria -desde abril-, el Gobierno no se apartó de su plan, no hubo restricciones a la salida de capitales ni otra medida similar, pero se instaló un salto importante del tipo de cambio como no se producía desde la crisis de 2002.
Queda para el análisis general, lo que Macri planteó a los argentinos en la apertura de la Asamblea Legislativa de 2016: que evalúen su gestión a partir de tres ejes centrales: pobreza cero como el eje económico y social prioritario; unir a los argentinos como metodología política, y finalmente, la lucha contra el narcotráfico.